¿Alguna vez ha pensado cuánto cuesta el aire limpio? o ¿Quién produce el agua que utilizas?
Este tipo de inquietudes cada vez son más relevantes en la vida cotidiana en muchas partes del mundo.
Gobiernos diseñando impuestos para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. Ciudades pagando servicios ambientales para cuidar sus fuentes de agua y poder cubrir las necesidades de sus industrias y habitantes. Noticias apocalípticas que lentamente se van haciendo realidad con una cantidad de desastres naturales sin precedentes. Jóvenes reclamando derechos por un mundo sostenible. ¿Y todavía no sentimos que esto nos esté afectando directamente?
Ya se perciben las tendencias de cambio hacia una oferta de servicios y productos sostenibles exigida por personas que quieren tener una vida más sana y un mundo más seguro.
Debemos iniciar ya, trabajando duro para valorizar nuestros recursos, cambiar el esquema en el que las cosas valen hasta exprimirlas, por un modelo circular para regenerar y que el sistema no se agote.
Si hacemos una planeación a mediano y largo plazo (5-10 años), debemos prever un costo ambiental en nuestras vidas a título personal y para el sector empresarial.
Costos de abatimiento para reducir nuestras emisiones, minimizar el uso de recursos naturales, cambio y escasez de insumos por sus impactos ambientales, etc; impuestos como el del carbono, incrementos en el agua, pagos por recolección y disposición de basuras, etc; costos para llevar una vida sana, alimentos y productos que no afecten nuestra salud y productos para protegernos de contaminación o enfermedades; energías e insumos básicos más costosos, en algunos casos incluso cambio de locación por falta de recursos básicos o desastres naturales, por ejemplo los incendios de California o desertificación hídrica en zonas pobladas; estos ejemplos nos plantean la necesidad de invertir en sostenibilidad lo cual nos va a permitir cubrir el riesgo de no tener con qué pagar estos costos adicionales que están surgiendo de manera acelerada.
En Preserva tenemos la firme convicción del gran valor de los recursos naturales, si la tendencia mundial es una vida limpia y sana, esto debe iniciar desde las raíces, desde la tierra que produce el agua y mantiene el aire limpio.
Invirtamos en proyectos para conservar y producir el agua, preservar la biodiversidad y los bosques, reconstruir la sostenibilidad de los ecosistemas. Esto nos permite buscar una vida sostenible y adicionalmente valorizar nuestros activos por creer en un sector que ya es una necesidad para el mundo.